HASTA SIEMPRE ALPAMAYO AMIGO

En pocas ocasiones unas montañas se han mostrado con nosotros tan amables. Siempre recordaremos con agrado esta expedición a La Cordillera Blanca. La relación entre nosotros ha sido inmejorable, el trato recibido por el pueblo peruano insuperable, pero las montañas en las que hemos jugueteado han sido con nosotros pusilánimes. Han permanecido impasibles ante nuestra presencia, esa es la mejor actitud que pueden mostrar estas moles.

Hemos sufrido en sus laderas, hemos llorado, hemos reído, sentimientos compartidos que han hecho que se cumplan las palabras de aquel anónimo alpinista. Regresamos los tres, siendo más amigos y por último volvemos con la cumbre, con ello podemos decir que hemos culminado nuestros sueños.

A lo largo de esta aventura hemos convivido con mucha gente, pero destacaría la hospitalidad de Zarela, nuestra casera, la positividad de Loco Moya, un andinista chileno, la cocina de Norma, la picardía poco efectiva de Héctor y Amador, nuestros porteadores, la compañía que nos ha dado el solitario Igor.

De todos ellos hemos aprendido que por encima de todo hay que tenerse ¨respeto¨. Una palabra fácil de pronunciar pero más difícil de practicar.

Por último haciendo nuestras las palabras de un buen amigo. Cada cual ha vivido esta aventura de manera diferente, pero de buen seguro la satisfacción del trabajo bien hecho es común.

Mil veces gracias a todos los que nos habéis acompañado de una o de otra manera en esta aventura.

Fran Lorente