Prevemos estar cerca del desenlace final, quizás unas horas, quizás un día, puede separarnos de conocer la suerte de nuestros alpinistas.
Hoy es un día de descanso relativo, en altura no se descansa totalmente. Un día de inactividad esta mejor dicho. Reposamos nuestros cuerpos maltrechos sobre un confortable saco de plumas que nos aísla del suelo. Estamos metidos los tres en una diminuta tienda, en la que para movernos tenemos que pedir permiso al de al lado. Fuera, nieva y hace un poco de viento racheado que mueve nuestro frágil hogar.
Las comunicaciones desde este lugar no son buenas, hay sombras que no permiten que la cobertura sea favorable.
Cada vez, están más cerca del gran objetivo. Generalmente los grandes logros se consiguen después de alcanzar pequeños objetivos. Los Raules y Adrián han realizado un gran avance en esta montaña.